II.
Lo sé --dije--. Tú tenías veinte años cuando yo me enamoré de ti y me casé contigo. Y desde entonces no tienes edad.
Eres un adulador y un mentiroso --me dijo ella, pero sonriendo--. Tengo arrugas en las orillas de mis ojos, hay marcas en mi abdomen y...
No importa --dije--. La belleza de tus veinte años causó tal impresión en mi mente, que se ha quedado ahí indeleblemente grabada. Nunca podré verte de otra manera, aunque la gente algún día diga: "Viejo tonto, no estás viendo más que una vieja", yo no podré creerles.
Hice una pausa para pensar un momento, pero luego dije en su lengua nativa: Rizalazi Zyanya chuüpa chii, chuüpa chii zyanya, era un juego de palabras, que más o menos quería decir: "Recuerda, Siempre, que los veinte te dejaron en veinte siempre.
Ella preguntó tiernamente: ¿Siempre?
Y yo le aseguré: Siempre.
martes, 25 de mayo de 2010
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